La estética del silencio
Group exhibition at Galeria Moisés Pérez de Álbeniz (MPA), Madrid
18 November 2023 – 27 January 2024
Elvira Amor, Mercedes Mangrané, Miguel Marina, Antonio Neves Nobre, Manuel M. Romero, Alsino Skowronnek, Amaya Suberviola
Comisariada por Ester Almeda y Álvaro Conde
“¿Cómo podemos realmente mirar y escuchar cuando estamos tan ocupados siendo vistos y oídos?
La participación activa del público frente a la obra de arte ha sido siempre una de las metas educativas más difíciles, así como cuestionadas: en un mundo en el que el tiempo apremia, todo sucede a gran velocidad, y no hay momentos de sosiego, conseguir que el público se detenga a observar una obra, a sacar sus propias conclusiones, a entender y analizar el proceso del artista, es casi un acto heroico. Es, en el fondo, un cara a cara con el artífice al que pocos deciden enfrentarse. En paralelo, hemos de cuestionarnos nuestro mero rol de espectadores. ¿Estamos completando realmente dicha obra, o estamos siendo sujetos pasivos de lo que devino en el estudio? Nos aproximamos a los principios estéticos y creativos de los que parte el artista, pero ¿qué somos si no simplemente testigos del aquí y ahora de una idea que trató el ayer y presenciará el futuro?
Ese ruido que supone la exposición pública de la obra de un artista se contrapone al silencio del proceso de trabajo. Susan Sontag, en 1967, escribió el ensayo “La estética del silencio”, en el que afirma que el silencio es una parte esencial del proceso creativo, y que abre un espacio para la contemplación. “El silencio es el último gesto de alteridad del artista: mediante el silencio, se libera de la servil esclavitud al mundo, que aparece como mecenas, cliente, público, antagonista, árbitro y distorsionador de su obra”2. Frente a dicho ruido, partimos de la búsqueda de un espacio pangeático que colinda con lo sagrado en lo que a primigenio y esencial se refiere, como punto de partida sobre el que la constante acción artística se desarrolle sin ningún bagaje que no sea deseado.
Silencio, en este caso, como espacio de reflexión en el que el artista puede expresarse libremente, a través del tiempo en el estudio, y que es radicalmente opuesto al tiempo de percepción del público. La ejecución de la obra es casi un acto performático en sí mismo, y la expresión corporal, la gestualidad, juega un papel fundamental en el proceso. A su vez, y pese a la inevitable fisicidad del proceso pictórico, el acto creativo se articula como un resultado matérico de un proceso inmaterial o invisible. La convivencia con la obra es vital para el resultado final: la obra de arte no deja de ser un reflejo del cuerpo del artista, de sus deseos, de sus intereses, de sus luchas y de sus ilusiones. Entendemos silencio también como una opción frente a la sobre explicación de la obra de un artista, que en ocasiones se contrapone a la observación de esta. “Hoy esperamos de los artistas que desempeñen un papel público, que accedan a entrevistas y perfiles de revistas en los que expliquen y justifiquen su trabajo”3. Si nos centramos, como es el caso de esta exposición, en la pintura abstracta, esa necesidad en muchas ocasiones se multiplica. El despojamiento de los significantes pertinentes para la decodificación de una imagen tradicional genera en ese mismo público un reto al que enfrentarse de una manera honesta e intuitiva. El silencio, entonces, queda transformado en ruido, movimiento y debate.
Las nociones de pausa, silencio y calma se quedan cortas para hablar del trabajo de Manuel M. Romero. En sus obras, el estudio, entendido como lugar y como estadio, es actor protagonista en el resultado de sus pinturas Es casi un acto performático dilatado en el tiempo, en el que todos los elementos que componen sus obras han convivido con el artista, en su estudio, y entre ellos conforman un todo que tiene como resultado una suerte de collages de vivencias y experiencias, de toma de decisiones, de reposo y de observación. Cualquier elemento presente en el estudio, -pintura, papeles, spray, manchas, el propio peso de su cuerpo en la pisada-, es digno aspirante de acabar formando parte de su obra. Las obras de Manuel tienen mucho de piel, de cuerpo, de lo humano del proceso. Una producción autobiográfica y macrocósmica en la cual la pintura se atomiza para diluirse en el lienzo como remanente de un proceso creativo que trasciende la estética para adentrarse en lo experiencial de dicho proceso.
Ester Almeda y Álvaro Conde